En Castelldefels
Este mar no es el mío:
sus aguas, aunque tibias,
no tienen el mismo color
azul cristalino.
Esta playa no tiene cocoteros
ni uvas de mar, su arena
no ofrece ningún consuelo al visitante
que quiera guarecerse de la furia del sol.
Este mar no es el de mi niñez.
Me faltan los vendedores de empanadas,
niños como yo, recorriendo la playa
con cavas de anime blanco,
ofreciendo de queso o carne las delicias
que sus madres se habían levantado a preparar
antes de que cantaran los gallos.
Esta playa no es la misma por la que solía correr de niña,
pero yo tampoco soy aquella niña.
Un ser humano tiene muchas patrias.
Hoy mi patria es mi vientre:
me llevo a mí misma en las entrañas,
en una gestación eterna.
Es por eso
que aunque este mar no sea mi mar,
también puedo sentirlo mío,
tan mío como esta patria portátil
que arrastro conmigo, sin proponérmelo.
(R)2003
sus aguas, aunque tibias,
no tienen el mismo color
azul cristalino.
Esta playa no tiene cocoteros
ni uvas de mar, su arena
no ofrece ningún consuelo al visitante
que quiera guarecerse de la furia del sol.
Este mar no es el de mi niñez.
Me faltan los vendedores de empanadas,
niños como yo, recorriendo la playa
con cavas de anime blanco,
ofreciendo de queso o carne las delicias
que sus madres se habían levantado a preparar
antes de que cantaran los gallos.
Esta playa no es la misma por la que solía correr de niña,
pero yo tampoco soy aquella niña.
Un ser humano tiene muchas patrias.
Hoy mi patria es mi vientre:
me llevo a mí misma en las entrañas,
en una gestación eterna.
Es por eso
que aunque este mar no sea mi mar,
también puedo sentirlo mío,
tan mío como esta patria portátil
que arrastro conmigo, sin proponérmelo.
(R)2003
4 comentarios
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