Down
Hay días en que me quedaría en mi casa, mirando por la ventana, sin mover un músculo. Días en que cualquier esfuerzo, por mínimo que sea, se siente tan cuesta arriba que más valdría no hacer nada. Pero no me puedo detener. Hay obligaciones que cumplir, objetivos que alcanzar, llamadas, citas. Y el autobús, y el metro, y el verano que no se termina de ir, pero tampoco quiero que se vaya.
Hay días y hay días.
Soy un péndulo. Voy de un lado a otro. Mi humor va de un lado a otro y no termino de centrarme, por más tai chi, por más reiki que haga. Supongo que es cuestión de tener paciencia, de esperar a que el péndulo finalmente se detenga en el centro.
En estos momentos es perfecto el ocio creativo. Simplemente no hacer nada.
Una vocecita: Blanca. Mi personaje. Pero no, ahora no.
Afuera brilla el sol. Está por acabarse la tarde. Se nota que anochece más temprano. Yo estoy aquí, con dolor de espalda, como siempre, como siempre, como siempre.
Algo tiene que cambiar, algo va a cambiar. Voy a salir, voy a mover un poco las piernas, a ver qué me dice la tarde.
Hay días y hay días.
Soy un péndulo. Voy de un lado a otro. Mi humor va de un lado a otro y no termino de centrarme, por más tai chi, por más reiki que haga. Supongo que es cuestión de tener paciencia, de esperar a que el péndulo finalmente se detenga en el centro.
En estos momentos es perfecto el ocio creativo. Simplemente no hacer nada.
Una vocecita: Blanca. Mi personaje. Pero no, ahora no.
Afuera brilla el sol. Está por acabarse la tarde. Se nota que anochece más temprano. Yo estoy aquí, con dolor de espalda, como siempre, como siempre, como siempre.
Algo tiene que cambiar, algo va a cambiar. Voy a salir, voy a mover un poco las piernas, a ver qué me dice la tarde.
3 comentarios
Miguel -
Fran -
Bienvenida y visita mi blog
Horacio -