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Los amores de papel

Los amores de papel Finalmente, hace un par de días, terminé de leer Los Detectives Salvajes. Hacía mucho tiempo que un libro no me obsesionaba tanto. No saben con qué dolor me he despedido de García Madero, y sobretodo, del gran Arturo Belano. Leo que Belano también aparece en algunos cuentos de Roberto Bolaño, y mi próxima tarea es devorármelos enteros.

Curioso esto de los amores de papel. La primera vez que me enamoré de un personaje yo tenía 16 años (edad en la que es normal que a uno le pasen estas cosas, no a estas alturas, ya lo sé, pero yo no quiero terminar de crecer). El personaje se llamaba Noel y era director de teatro. Aparecía en un libro llamado Marjorie Morningstar, que había sido el libro de cabecera de mi mamá y todas sus primas en su adolescencia. El libro contaba las vicisitudes de Marjorie, una muchacha bien de Nueva York, que se enamora de Noel y sus padres ponen el grito en el cielo, porque Noel era el típico bohemio inestable y ellos no querían eso para su hija (tampoco mi mamá lo hubiera querido para mí, razón suficiente para enamorarme de él - menos mal que no era de carne y hueso). Marjorie, a todas estas, soñaba con ser actriz. El asunto es que la relación de Marjorie y Noel es bastante tormentosa, hasta que Noel se va a París a dirigir una obra. Marjorie se queda destrozada, y comienza a trabajar duro para poder viajar a buscarlo. Por las noches tiene un pequeño papel en una obra de teatro, y por el día trabaja de mesonera. No duerme. No tiene vida la pobre. Hasta que el papá la ve tan mal, tan con las ojeras por el suelo, que le da dinero para el pasaje de avión, a pesar de no aprobar su relación con Noel. Marjorie se va a París y busca a Noel por todas partes, hasta que lo encuentra en el pequeño teatro donde este está montando su obra. Imagínense la situación: París, y Noel, ¿qué más se podía pedir? Entonces ocurre lo inesperado, el sueño de la vida de Marjorie: él le pide que se case con ella. Estamos hablando de un hombre que no creía en esas cosas, un tipo que estaba acostumbrado a tener montones de amantes... es la situación con la que Marjorie ha soñado desde que lo conoció, ¿y qué le responde?

Que no. Porque en ese momento se da cuenta de que Noel siempre será lo que es: el hombre equivocado. A ella la han educado para casarse y tener una casa y una familia, y Noel no podrá darle eso. Así que regresa a Nueva York, y termina casándose con un hombrecito bueno, sensato, aburrido, en fin, el marido ideal. Y por supuesto, abandona su sueño de ser actriz para convertirse en ama de casa.

No hay que ser muy suspicaz para darse cuenta de que esta novela era más bien un manual de adoctrinamiento para jovencitas. Afortunadamente conmigo no dio resultado. Yo, desde luego, me hubiera quedado con Noel. Aquello seguramente hubiera sido un desastre, como la vida real me lo confirmó luego, ¿pero quién me quita lo bailado? Y digo que la vida me lo confirmó luego porque conocí a un Noel de carne y hueso, y sí, me enamoré, y fue catastrófico. Pero lo viví.

¿Qué tiene todo esto que ver con Arturo Belano? Mucho. Arturo es un segundo Noel en mi vida, en versión treintitantos. A estas alturas, ya no necesito que la vida real me confirme nada. Ya sabemos que la vida real es otra cosa. Pero también existe una versión de mí misma que se equipara a la de Belano (tal como Belano es una versión de su autor, Roberto Bolaño), y ese personaje que soy sí que hubiese podido, tal vez, quedarse con Belano, o al menos acompañarlo a África para que no muriera solo. Es una gran cosa esto de poder vivir una vida literaria. Es como tener una doble identidad.

Ahora lo que me pregunto es qué va a ser de mi vida, la real, después de haber terminado de leer este libro. ¿Con qué lleno los momentos de ocio, por más escasos que sean? Empezar a leer otro libro así, tan rápido, me parece una traición. No, yo necesito una transición, necesito poderme despedir de los personajes, tengo que tomarme mi tiempo. Por ahora, leeré poesía.

Qué triste es terminar un buen libro.

4 comentarios

Kika -

Lee sus cuentos: Llamadas telefónicas. Ahí aparecen nuevamente sus personajes.
Bolaño es uno de mis favoritos.

gino -

...muy bueno tu blog, excelente post...terminar un buen libro, es como deja un saco más en el gabinete de las historias, ir por un saco vacío y empezar de nuevo...
Nota: Gracias por tu visita, eres siempre bienvenida, loque esta alli es un pedazo de alma escrita de sopetón...saludos desde Caracas.

SuperVivi -

Pues te lo recomiendo con los ojos cerrados. Me cuentan que hay cuentos de Bolaño en la red, y también alguna de sus novelas. Yo no las he buscado, pero si sé de algo les aviso. Gracias por leerme!

huguito -

gracias me parece muy bueno el perfil vamos a ver aqui donde consigo este, me gustaria leerlo