Blogia
sopotocientos

Mozart

Cada una de mis células
danza al unísono. La música
tiene tacto y color,
se mueve
en ondas luminosas.
La respiro,
la absorbo
por cada uno de mis poros,
danzando luz en mis entrañas.
Me diluyo.
Ya no hay oyente.
No hay
objeto
ni
sujeto.
Tan solo un mismo destello.

0 comentarios