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sopotocientos

Asuntos domésticos

Asuntos domésticos Escribo esto mientras me instalan la calefacción. La dueña del piso donde vivo ha decidido instalarla porque si no la comunidad de vecinos la iba a demandar. Es un cuento largo. El hecho es que desde el jueves de la semana pasada mi casa está invadida y yo estoy mareada de ver a tanta gente entrar y salir: los dos instaladores y ella, la dueña, a quien llamaremos en adelante M.C. y que vale por diez personas juntas, todas enloquecidas y gritando al mismo tiempo.

Por Dios, qué paciencia. La mujer ha aprovechado mi ausencia (yo tengo que trabajar y ella se tiene que entender con los instaladores) para ver todos y cada uno de los rincones de mi casa. Que si la baldosa se rompió. Que no hemos descongelado la nevera (y va y la descongela). Las cortinas están sucias (y va y las lava). Las baldosas del baño. Las ventanas que no abren bien. Aaaaggghhh.

Y yo me pongo a pensar, Dios mío, en el marido de esa mujer. Pobre ser, lo que le ha tocado.

Afortunadamente ella no vive en Madrid, y no viene con demasiada frecuencia. Y afortunadamente, la calefacción sólo se instala una vez. Porque yo vuelvo a pasar por esto y no respondo.

Alguna gran culpa debo estar pagando.

4 comentarios

Topocho -

Si ya cuando uno está a cargo de las reparaciones es un karma, no me imagino con otra a cargo, suena de terror.

SuperVivi -

Jejejeje... seguro... cómo serán las discusiones de esta gente por cosas como apretar el tubo de pasta de dientes por el medio... No me lo quiero ni imaginar... y después Mariano dice que yo soy una histérica!

Horacio -

Eso de los trabajos de reparación o remodelación son una total pesadilla... y el marido de M.C. ya debe estar todo "reparado"...

Miguel Pinto -

Huyyy, me imagino lo que estás pasando y se me paran los pelos, a veces tenemos que pagar unos Karmas com este, ojalá que terminen rápido y que funcione bien, para que no tengas que volver a ver a los personajes, :•)