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sopotocientos

El regreso y la intemperie

Pasado mañana estaré en Caracas. ¿Qué siento? ¿Impaciencia? ¿Alegría? ¿Extrañeza? ¿Nostalgia? ¿Todo lo anterior?

Siento esto: ya no creo en el concepto de patria.

Sí, es verdad que hay cosas que extraño: la playa, sobretodo, la brisa del mar Caribe golpeándome el rostro mientras saboreo una cerveza fría, el azul. Las risas de mis amigos, aunque gran parte de mis amigos ya no viven en Venezuela; emigraron, como yo, buscando una vida mejor. ¿Y la encontraron? Esa es otra historia.

Extraño los cachitos de jamón y poder pedir un marrón claro sin llegar a con leche y que me traigan exactamente lo que he pedido. El Ávila al fondo como silencioso testigo verde. Que los demás hablen como hablo yo (¿pero cómo hablo yo? ¿cuál es mi idioma ahora?) Extraño las cachapas con queso de mano y las arepas de pernil. Y ese no sé qué que tiene el venezolano y que por comodidad llamamos chispa. Pero la verdad es que llevo ocho años, ocho, sin estas cosas, y no he dejado de ser feliz. En realidad, para ser más exactos, he llevado estas cosas siempre dentro, y a lo mejor es eso lo que constituye la patria, un conjunto de recuerdos que uno siempre lleva consigo, y por eso patria es cualquier lugar en donde uno esté y sea feliz.

Yo nací en Venezuela y Venezuela fue mi punto de partida, pero el mundo es muy grande como para quedarse en un solo lugar. A veces también siento que Madrid se me está quedando pequeño. Pero esa es otra cosa. El asunto es que tengo un poco de miedo. Me da miedo volver a Caracas y darme cuenta de que ya no tengo nada allá. Es como cuando te sueltas de la orilla y te quedas flotando sin nada a que aferrarte. Y en realidad así vivimos, ese es nuestro estado natural, porque cualquier orilla es falsa. Creemos que nos aferramos a algo sólido pero ese algo (un trabajo, una relación, un país) en cualquier momento desaparece, y entonces nos damos cuenta de que siempre hemos estado a la intemperie, y qué duro es darse cuenta.

5 comentarios

Vivian -

Rina: Muchas gracias por pasearte por aquí y tomarte la molestia de buscar en los archivos. Sí, todo esto pasó hace tiempo y aunque ahora el sentimiento tiene otros matices, en cierta forma todo esto sigue estando vigente. Habrá una segunda parte, porque en pocos meses vuelvo a viajar.

Andrea: con mucho retraso te digo que yo, a los 16, también era un ser pensante, como lo eres tú. Muchas gracias por tus comentarios. Pero también la memoria tiene sus trucos, ¿sabes? Seguro que después de salir también has sido feliz.

Luis: qué decirte a estas alturas! Gracias!

rina -

Que buena tu nota, por la fecha, ya todo esto paso hace tiempoo asi que debes la segunda parte...

Luis -

Suerte al pasar la aduana. Suerte y pásala bien. Despues nos cuentas !!!

andrea -

...y se me olvidaba: de los años que llevo aquí...nunca he sido tan feliz como los que estuve allá... ¿por qué será?

andrea -

el país de uno siempre va a tener ese algo para cada uno de nosotros, y tratándose de venezuela, muchísimo más.

tengo 16 años, nací en venezuela, me vine con 5 y sigo pensando que mi país es aquel; que allí es donde tengo mis raíces, que es el lugar al que "siempre podré volver"...no sé si me entiendes...

p.d. y que sea "joven", no quiere decir que no tenga conocimientos de muchas cosas...a veces es más bien al contrario...

saluditos!!