La estrategia
El vuelo se retrasó y las maletas no llegaron. El taxista dio mil vueltas y le cobró de más. El hotel estaba lleno y no tenían constancia de su reserva. Se intoxicó con la comida local. Se le infectaron las picadas de los mosquitos. Le robaron la billetera, el pasaporte y la cámara. Por la noche, en la habitación del único hotelito que encontró libre en aquella ciudad atestada de turistas, recordó las palabras de su mujer: «Te hacen falta unas vacaciones en solitario, querido». La muy zorra. Y todo para quedarse el fin de semana sola con la Play.
5 comentarios
lanobil -
Vivian -
MO: Gracias por tus risas!
Gino: Muchas gracias por dejarme entrar en tu casa, que además me gusta mucho. Un abrazo.
Gino -
Agradecido por este cable en directo desde su casa...en la mia ya se recibe su señal..
Mil Orillas -
Qué bueno, Vivian...
jajajajaja!
diminui -